FAMILIA DE UNA MIGRANTE PIDE AYUDA DEL GOBIERNO

Con este caso serían siete los migrantes de Azuay y Cañar desparecidos
en su intento de llegar a Estados Unidos.

Un pequeño letrero con la frase “Dios bendice mi hogar” se ve al ingresar en la casa de Rosa Aurora Ortuño Caraizaca, de 29 años, quien lleva desaparecida más de un año cuando viajó de forma irregular a los Estados Unidos (EE.UU.).
Ortuño salió el 30 de abril del 2012, se comunicó con su familia cuando estaba en Guatemala, y luego un viernes 7 de junio desde la frontera entre México y EE.UU.
Ese día Rosa le dijo a su madre Angelita Coraizaca, de 61 años, que le envíe el dinero al coyotero para cruzar la frontera y fue la última vez que se supo de ella.
Con lágrimas, Angelita, junto a su esposo, Manuel Ortuño, de 65 años, pide ayuda a las autoridades para encontrar a su hija y el apoyo del Gobierno, ya que tienen a su cargo a los cinco hijos de Rosa: cuatro mujeres de 13, 11, 6 y 4 años, y un varón de 9.
La pareja no cuenta con los recursos para mantener a los menores, ya que se dedican a la agricultura y la casa ubicada en la parroquia San Juan, cantón Gualaceo, está hipotecada por la deuda que tienen en una de las instituciones financieras en donde solicitaron dinero, 10.000 dólares, para el viaje de su hija hacia el país del norte.
Angelita comentó que Rosa decidió viajar por la insistencia de su conviviente, que reside en EE.UU., a pesar de que en San Juan trabajaba como cocinera de una guardería “en donde le iba bien y le querían mucho”, dijo.
DESAPARICION
William Murillo, vocero de 1800migrante.com, organización de ayuda y asesoramiento a migrantes, indicó que Rosa Ortuño aparentemente llegó a los EE.UU., al área de Mcallen, estado de Texas, con un grupo de migrantes que fueron recogidos en una camioneta grande, pero al no haber espacio la harían bajar y se quedaría llorando, sin embargo, un familiar del padre de la desaparecida, que también viajó y fue capturado, les contó a la familia que pareció haber visto a Rosa en una prisión.
Murillo indicó que con esta nueva versión, habría que hacer una búsqueda en las cárceles a través de las huellas digitales o ADN, pero opina que esta actividad debería coordinarse entre organismos internacionales e instituciones gubernamentales de Ecuador.
La familia Ortuño Caraizaca tienen la esperanza de que Rosa este viva, sobre todo por los hijos que esperan y reclaman la presencia de su madre. (PVI)